sábado, 3 de septiembre de 2011

Mi loco corazón





El buen corazón siempre vence a la razón de la sin razón. Sucede, que me es inevitable no omitir juicios sobre cosas que me sacan de quicio. A cada sin razón definida, tengo en mi corazón una lista interminable de prejuicios por resolver...quizás sea mi locura o la velocidad de mis sentencias por no escuchar, el caso es que aprendo e intento subsanar esos tremendos errores. Pienso en lo incomprensible que soy desde mi propia perspectiva y apenas reparo en el corazón de las demás personas...
Ahora, que ya me voy de este instituto para siempre, empiezo a ver las cosas de otro modo. La camara se ha alejado y las heridas no me parecen nada grandes. Incluso veo el lado amable del asunto: mi compañero se toma un tinto de verano, a la vez que lee un libro de Filosofía. Se que es una de sus poses de intelectual y ahora me produce ternura, en vez de coraje. En su cabeza se han esfumado las canas gracias a un "tinte de verano", lo que ayer vi ridículo. Ahora que me acabo de despedir de él me ha parecido un homenaje a la vida y a la juventud. Porque no es lo mismo el recuerdo afable que la vivencia diaria...
Mi lucha por ver la verdad de las cosas es incansable y agotadora. Quizás la profundidad de mis errores sean inalcanzables para mi razón pero, nunca me canso de rectificar. La paz de la bondad, el entendimiento, la comprensión, el respeto...el amor por encontrar la verdad y en conocer la realidad, parece que afloran desde la distancia por no saber como llevarlas a cabo. Muchas veces lo simple tiene mil pies y mil vueltas pero también encuentro la paz cuando admito y me sincero con mi corazón...
Sin duda, todos estamos locos.

Por La Profe y Buscador.

1 comentario:

InsolenZe dijo...

Esta entrada me hace buscar en ti similitud de mi... curioso.
Que mas nos da lo malo, si olvidar y pasar de lado nos hace disfrutar lo bueno.
Me alegro que vivas de tu corazon.
Un beso y aun tengo perejil... quizas otro dia pase y busque azucar.