jueves, 9 de mayo de 2013

De aquí a la eternidad



El viernes pasado era el día de la cruz. Como siempre te recojo por la tarde para llevarte a diálisis. Fué nuestro último viaje. El médico te reconoció y te envió de nuevo a casa porque te estabas muriendo. Yo conducía a 40 km/h y de regreso a casa disfruté de nuestro último viaje. Tu parecías ir dormida y yo te puse música porque nuestra despedida no era para tristezas. A veces me sucede que los colores son más colores y todo lo que me rodea se llena de belleza...Pensaba que ese fin tardaba mucho por sufrir además de Alzehimer, de soledad, de dolor, de tanto y tanto que has padecido. No me importaba que murieras en mi coche esa misma tarde porque estoy seguro que tu también lo querías. Hace años me decías que todo lo que te quedaba por vivir sería llegar conmigo hasta el fin y así fue.
Al día siguiente me llama tu hijo y me dice que has muerto hacía pocos minutos.Mi visita en el tanatorio fue breve pero gracias a Dios ni tu ni yo nos sentíamos mal. Ni siquiera lloré. Me preguntabas si Dios existe hace mucho tiempo y ahora ves que si, que no te engañé. Fueron tantos años y tantos los recuerdos...
Ahora me siento cansado y muy en paz. Mi trabajo de taxista es algo verdaderamente agotador pero, encontrar a gente como tu, tiene su recompensa. Un día que espero lejano nos volveremos a ver. Sé que cada día verás lo que hago y seguro lo que pienso porque formas parte de Dios. Tu compañía la tengo asegurada. Ahora si lloro pero de emoción...


A la mujer más noble que he conocido

1 comentario:

Anónimo dijo...

Amigo buscador:
Hoy mi madre cumple 96 años. Mañana iremos a diálisis. Así que comprendes cuánto me emociona este escrito sobre esa señora de la que alguna vez me hablaste. Descanse en paz. Tienes un alma grande y un corazón afinado.
Pepe