martes, 21 de octubre de 2014

Pescado crudo


Me vienen recuerdos bastante lejanos y cercanos. Son sentimientos con fecha de origen tan crudos como el pescado fresco. A veces mi inocencia se empaña de sentimientos que de adhieren al recuerdo y quizás mi inocencia sea una ventana para las palabras venideras. Odio el olor a pescado crudo y a las manos que lo manejan. La tristeza pasajera de un día pasajero se impregna con ese olor que para mi es casi pútrido...Sin embargo nuestro corazón es cálido incluso para la amargura y nuestra sangre fluye y fluye quizás en lo indeseable. Lo demasiado cotidiano no le importa al corazón para fijar impresiones. Me pregunto qué es lo que fue aquello para escribir una poesía y darle belleza al sentimiento. El sentido de vivir es muy íntimo y la magia de las palabras se enredan en los corazones...Odio el olor a pescado tan frío y crudo como lo cotidiano pero tan caliente, como estas palabras...




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