miércoles, 12 de noviembre de 2014

Algo delirante


Esta mañana era especial. Te he contado miles de cosas y unas veces te reías y otras te ponías seria. Hemos paseado por el parque lleno de Otoño y mis ojos eran los tuyos y tu voz era mi voz. Después me has acompañado al trabajo siempre escuchando las cosas que te contaba con intimidad. También te has reido porque a veces soy muy gracioso según me dices y mi mirada se perdía allí donde guardo tus ojos expectantes, tu cuello, tus labios, el aroma de tu perfume enredado en el pelo, la curvatura de tus pechos desafientes, tu trasero cuando te agachabas a recoger algo...íbamos al baño a hacer mis necesitades y también te he deseado...
En el almuerzo hemos comido mi plato favorito y nos paseábamos por el salón, como cotillas de la clientela del restaurante y por el ventanal que daba a la calle hasta hacer interesantísimas nuestras ocurrencias acerca del personal. Hemos pagado y nos hemos subido al bus para llegar a casa.
Estábamos cansados después de todo el ajetreo del día y nos fuímos a la cama. Me abrazaba a tí con pasión y nos besábamos hasta sentir mareos porque no podía respirar. Me quedé dormido sobre tu pecho y tus manos en el sueño me acariciaban el pelo. Llegó la noche. Me despierto en tí y abrazo mi propia mentira. Creo que me he vuelto loco con tu ausencia y , lloro en la más pútrida soledad; avergonzándome de mis propios sentimientos...Estoy verdaderamente enamorado, agotado, roto, deshecho.
No puedo evitar seguir contándote cosas y en la nada vuelves a aparecer siempre comprensiva y tremendamente sensual. Te pongo música y paseas la mirada por cientos de CDs preguntándome sobre cada estilo musical. Me emocionas y te emociono al compas de algún disco de jazz. Te abrazas a mi y te beso el cuello. No me dejas hablar más y abrazados dormimos en el sofá, abrazados a mi propia mentira...
El amanecer me despierta frío. Estoy tiritando en el sofá más solo que la una y vuelvo a llorar. Creo haber perdido la razón y en la calle, los gorriones cantan su canción. Ordeno mis ideas, ya no estás tu. Durante toda la noche se ha escuchado mi tema de jazz favorito una y otra vez. Cierro los ojos un momento volviendo a la realidad..absurda realidad de lo cotidiano.


2 comentarios:

Marina Filgueira dijo...

Pues aquí nos dejas un precioso texto que abraza la prosa poética y amorasa.
Una forma de soñar muy bonita... que todos hacemos aunque al despertar, la realidad sea otra.
Ha sido un inmenso placer leerte.
Te dejo mi gratitud y mi estima por tu buen hacer y por tu cercanía.

Un beso en vuelo.

Anónimo dijo...

Te diré lo que en mi blog:

Y yo no sé a ti, Buscador, pero a mí me ocurre, como en tu relato, que en ocasiones debo cerrar los ojos un buen rato para encontrarme con la realidad, porque teniéndolos abiertos sólo veo lo que deseo (que ya no está) y la fantasía de lo que fue.

Tampoco puedo evitar seguir contándole lo que me sucede en el día, las anécdotas y problemas. Aún lo escucho diciéndome: "peke, ya tranquila, ya pasa, aquí estoy...."

UFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFF!!!!! :'(